El
caso en si, se resume en que en aquel momento el Ministerio Publico presentò
una intimación a los periodistas, y que estos le informaran donde estaba
Gorriaran Merlo, para así atraparlo. Esto no prevaleció, ya que el tribunal
destaco que “es necesario garantizar la libertad de prensa y la posibilidad que
lleguen a la ciudadanía datos de importancia que sin la garantía de
confidencialidad, nunca se darían a conocer”. Además pronuncio un consejo para
los trabajadores de prensa, les manifestó que en la tarea de la averiguación de
la verdad, la obligación de los periodistas seria manejarse con prudencia.
Este
es un hecho que grafica un poco el escenario donde se maneja el periodismo
argentino, aquí hay que continuar contando la realidad de leyes y el trabajo
del prensa. En un escenario corrupto, esta situación de las fuentes que piden
protección de su identidad, resaltan más. Ya que la necesidad de informar a la
comunidad, se torna una presión constante. Los arrepentidos aparecen para
denunciar los temas que no lo harían sin la complicidad de un periodista.
Otro
ejemplo mas que podemos citar en relacione al tema que estamos tratando, fue la
situación que suscitaron dos tapas de diarios en el 2010. Clarín y Tiempo
Argentino enfrentados ideológicamente protagonizaron una estruendoso pleito
donde las vedettes fueron las tapas de sendos diarios. Aquella situación convocó
a los dos medios a debatir sobre las declaraciones de Isidoro Graiver, un
integrante de la propiedad de Papel Prensa por los años de la dictadura. Este
señor declaró en una entrevista para Tiempo solicitando resguardo de identidad,
ya que sus afirmaciones iban a ser furtivas contra los que se quedaron con su
empresa en esos años de plomo. Los periodistas accedieron como debía ser. Dos
meses después, Graiver sale en otro medio diciendo absolutamente todo lo
contrario a lo que había declarado en el primero. Dadas estas circunstancias,
los periodistas de Tiempo Argentino decidieron desenmascarar su fuente y la
expusieron en una tapa con su nombre. En este caso, el periodista tuvo que
romper la confidencialidad de la fuente, ya que esta hizo declaraciones
adversas en otro medio que dejaría malparado ante la opinión publica a Tiempo.
En
la Argentina, la ley 22285 es la que ampara la actividad periodística y de radiodifusión.
Esta legislación a lo largo de los diferentes gobiernos tuvo sus
modificaciones. En lo que se refiere a libertad de prensa en la ley nombrada,
se encierra el punto de la
confidencialidad de las fuentes de información periodística. También digamos
que el artículo 43 con su reforma en el año 1994, es una ley fundamental donde,
entre otras cuestiones, se encuadra la defensa de la actividad periodística.
De
esta manera, los profesionales locales iniciaron una nueva etapa en la
actividad informativa. No hay que dejar de mencionar el advenimiento de la
democracia unos años atrás, que también dieron una propulsión importante.
Las
leyes son parte fundamental para trabajar, ya que podemos brindar información,
que es la tarea nuestra y mantener nuestra fuente en secreto. Los que ayudan al
periodismo a tener identidad y poder desarrollar objetivos, son los
informantes. Estos, temerosos de las represalias de sus denunciados,
encomiendan lo que saben en aliados vitales como son los comunicadores sociales,
aquí comienza la cadena informativa. La investigación periodística se logra con
esta combinación y se retroalimenta mutuamente. El periodista esta amparado por
la ley y debe hacer valer sus derechos, cuando este en juego la posibilidad de
atentar contra la fuente de información. Se debe proteger la fuente, esa es
nuestra tarea, ya que sino se corre peligro de perderla o de que no nos remita
mas información en el futuro.
El
país arreciado por las tremendas situaciones que padeció, llámese gobiernos de
facto, también otros muy populistas y los conservadores, no logro plasmar una
identidad o defensa de la profesión. Con esto también entraba, entre otras
cosas, el tratamiento de la confidencialidad de las fuentes. Hoy en nuestro
país hay una identidad periodística que no se asemeja a la de E.E.U.U. u otros
países, es una identidad profesional única y nacional. Habría que concluir que
estamos en plena formación constante de la profesión, con sus modificatorias
según pasan los años y los gobiernos.
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