domingo, 11 de octubre de 2015

42 KILOMETROS INDESCRIPTIBLES E INOLVIDABLES

Una nueva edición de la competencia deportiva engalano este Domingo a Buenos Aires
Todavía siento un entumecimiento en la parte externa de la rodilla izquierda, pero mientras escribo esta nota creo que me voy recuperando y quiero contar en fresco todo lo que viví hoy en mi debut de la maratón 42 kms Buenos Aires. Muy temprano es la costumbre runner de arrancar con está maratón ya tradicional. A las 7:30 se inició la competencia, pero la fiesta y preparativos se habían empezado a vivir desde las 6. Las costumbres de los corredores son rituales ya afirmados entre los aficionados argentinos, que desde hace años a esta parte van incrementando su interés por el deporte y que va ganando cada vez más adeptos. Ponerse la remera, el chip de tiempos entre los cordones, dejar la mochilas en los guardarropas y precalentar  son parte de la tarea previa.


Alrededor de 11 mil competidores se dieron cita en el arco de largada emplazado en  Figueroa Alcorta y Monroe. Profesionales de elite como los asombrosos keniatas que ya son estrellas de lujo entre nosotros, aunque el protagonismo argentino se va sintiendo desde hace algunos años con profesionales como Mastromarino por ejemplo. Los grupos de entrenamientos de running cubrían con sus carpas el césped del Paseo de las Américas mientras vivían la felicidad de una nueva fiesta anual. Los tramos del circuito hacían recorrer diferentes puntos emblemáticos de Buenos Aires como son Palermo, el Obelisco, Casa Rosada, La Boca y Puerto Madero. La organización es cada vez mas aggiornada a través de las ediciones y en el primer trayecto te encontrabas con dobles de Elvis Presley y Ramones a la vera del circuito, tocando sus famosas canciones. En el Obelisco no podía faltar el tango y una pareja de bailarines hacia aplaudir a los corredores. Tanto para los debutantes como para los que ya tienen experiencia no hay salida en empezar a sentir el cansancio o dolores pasando el kilómetro 21 que estaba posicionado por la zona de La Boca. Que significan los 42 kms?? La maratón madre por excelencia a lo largo de la historia, significa que llegas hasta ahí con mucho tiempo de preparación, entrenando 3 veces por semana con un grupo y entrenador, comprándote unas zapatillas especiales, cuando no también unas plantillas preparadas luego de un análisis de pisada hecha por especialistas que están insertos en el mercado del running.


El dolor que se siente si empezas enfriarte, se puede hacer insufrible y ni que hablar si estás lesionado, ahí ya empieza a jugar lo mental. Muchos corredores por el kilometro 35 a la altura del puerto de Buenos Aires, empiezan a caminar porque el endurecimiento de las piernas es intolerable, lo que hace correr lento y detenerse a elongar cada vez más seguido. Parece que nunca va a llegar el kilómetro 42, por eso en ese momento lo único que te puede ayudar a llegar es la voluntad propia. En el camino conoces mucha gente, te saludas y das fuerzas con todos, que parece que se colaboraran con una causa noble que es llegar, como que todos tuviéramos el titulo de incentivación y liderazgo. La palabra más escuchada entre los runners es “vamos que falta poco”, para ellos siempre falta poco aunque estés por la mitad del recorrido. Llegar a la meta se torna emocionante, hasta hay lágrimas, podes notar en remeras o inscripciones que todos y cada uno corren por objetivos propios y muy distintos. Por ahí un masajista que trata de recuperar las piernas de un corredor al finalizar el evento, le dice “después de esta carrera podes reaccionar de dos formas, o decís que no la corres más o ya estás pensando en la próxima”. Por eso todo esto que se vive todos los años y con cada vez más gente sumándose, se torna para los que la corren por primera vez y los que la han corrido en varias oportunidades, algo indescriptible e inolvidable.