Sábados y Domingos, imposible olvidarse.
La avenida Las Heras era gigante, todo el derredor era impresionante para aquel
chico de quince años que ya quería viajar solo e ir siempre más allá con el
colectivo.
Era otro planeta ver las veredas
que no dejaban espacio ni para un
centímetro de tierra, asi como se veía en las calles de tierra del conurbano. En
La Matanza no era ni es así, yo estaba familiarizado con las calles de tierra y
la poca iluminación.
Cuando empecé a viajar solo a
los 13 años, ya sentía la adrenalina de tomarme el 55 en General Paz y
provincias Unidas, límite entre La Matanza y la Ciudad de Buenos Aires, y
empezar a observar cómo se iban transformando los barrios desde Mataderos hasta
Palermo. Las casas bajas de Mataderos dejaban empezar a ver como crecían las
viviendas a partir de Caballito hasta llegar a Plaza Italia, donde se empezaban
a erigir moles de cemento por Avenida Santa fe y por Las Heras.
Precisamente era sobre avenida Las Heras donde yo encallaba, en
un edificio frente al Jardín Botánico,
donde Andrea, mi tia, trabajaba de
mucama desde hacía años, desde que llego del campo en la provincia de Santiago
del Estero. Soy o significo un poco ese éxodo que nació desde los años 50 cuando los
provincianos venían a trabajar a la ciudad, movidos por esas ansias de
superarse, ya que en el campo quizás no encontraban su lugar. Hoy quizás el campo
ya se ha superado tanto que si se hubiesen quedado, tal vez el progreso los
encontraba en su propia provincia.
En los años ´80 los sueldos ya
eran un poco bajos, ya habíamos pasado
por un problema muy grande de devaluación y crisis económica al que nos sometió
el régimen militar y el gobierno de Alfonsin no lo lograba ni quería cambiar
esa realidad quizás. Aun no estaba la crisis en pleno, mi tia no la pudo
sufrir, murió de una grave enfermedad años antes de la hecatombe económica del
´89.
En ese edificio de Las Heras,
intente imaginar mi vida, tratar de soñar con mi futuro y mi crecimiento, ver
cierta desigualdad que se empezaba a acrecentar y que no percibía…