domingo, 17 de febrero de 2013

EL CARNAVAL RESUCITÒ EL ALMA ANTIGUA DE TILCARA

Se celebró como todos los años, en esta localidad de Jujuy, el festejo tradicional. Los recuperados feriados y el aumento de turistas le siguen dando un color especial.

 El pueblo de Tilcara se halla a 84 kilómetros de San Salvador de Jujuy, se puede decir que es un lugar originario y con sus construcciones de viviendas antiquísimas que ha mantenido esa detención en el tiempo. A través de los años se fue sobrevalorando y hoy es monumento histórico nacional, decretado por el gobierno actual. La traza de la ruta nueve en el kilómetro 1773, configura su entrada desde otros pueblos como Humahuaca más al norte y la capital jujeña desde el sur. Los feriados de carnaval que recuperó el gobierno en estos últimos años, han generado un interés importante para los turistas, ya que se sabe desde siempre, que el festejo siempre tuvo una identidad muy particular entre los provincianos jujeños. No en vano este suelo es la cuna del ritmo del “carnavalito”, salido de sus mismas razas originarias y expositores de su música folclorica.

Nuevamente este año, con motivo de las fechas de carnaval, Tilcara a tenido un impacto comercial importante, Willie, encargado del Club Belgrano, espacio de deportes devenido en baile popular comenta que” La juventud se ha lanzado a la joda total, y esto viene ocurriendo en los últimos cuatro años”. Este predio tuvo una asistencia importante este fin de semana y agrega el encargado del club: “Yo calculo que hubo mil personas esta noche o más, o más…, y ahora tenemos baile hasta el martes, así que a laburar”. El pueblo se vio nuevamente invadido de turistas que venían a ver qué pasaba aquí, como por ejemplo un grupito de adolescentes salteños que decían: “Nosotros venimos a buscar diversión, los colores que se ven en carnaval y tradiciones que no las ves en Salta”. En busca de festejo desembarcaron en su auto rojo estos amigos y agregaron que “Algo parecido a los carnavales de Tilcara, son los festivales de folklore en Cafayate”.

Un gran caudal de vehículos que colapsaron la entrada a la localidad, empezaron a ponerle color al festejo. El YPF Shop que se transformó en el portal de entrada a Tilcara, no daba abasto para cargar combustible y para atender en sus baños y bar a la gente que iniciaba su descubrimiento a este pueblo. Inmediatamente después viene el puente que permite cruzar el río Grande, hermosa postal del lugar. A esta locación la tomó por sorpresa el aluvión de visitantes y no está aun preparada en su servicio de hospedaje, para recibir a los visitantes. Los pocos hoteles y hosterías estuvieron copados, como así también los camping y algunas casas que ofrecían alquilar sus fondos para la instalación de carpas.

Las ceremonias de desentierro se viven tanto en Tilcara como en Humahuaca, como asi tambien en todas las tantas localidades que forman parte de la provincia de Jujuy. Es un rito tradicional carnavalesco que desde los orígenes de la cultura jujeña, marcan una identidad y una historia. Los feriados recuperados por este gobierno, en estos últimos años, le dio un toque mucho mas turístico y ya no tan privado de los lugareños. Estos se abren a la visita de muchos extranjeros y argentinos que pretenden saber cómo se festeja carnaval en esta parte del suelo argentino.

Muchas de sus calles de tierra son invadidas por grupos de personas, que capitaneadas por los “diablos”, pueblerinos que anónimamente desfilan ante la gente con disfraz artesanalmente diseñado, van recorriendo sus calles, incentivando a la gente. Atuendos coloridos, con adornos espejados de diseño autóctono boliviano y una capucha que oculta su rostro, son la identidad de estos personajes que adquieren singular protagonismo durante el carnaval. A esto hay que acompañarle el alcohol que se consume, la cerveza y el vino están a la orden del día y de la noche en estos cuatro días de carnaval que son claves para el comercio de los lugareños “toda la gente trabaja con sus negocios, almacenes, casas de comidas. La única época más firme es esta de Carnaval” dice Willie.

 Angeles, una joven salteña, como tantas que viene a visitar estos lugares por la cercanía, señala que esta apertura de Tilcara hacia la masa de gente es un paso positivo y resalta “con la visita de turistas de todo el mundo y gracias a la globalización, Tilcara con los años, se va hacer sentir y nos va a fundir en unión con su cultura ancestral”. La gente pasea incesantemente por sus calles, para en alguno de los tantos puestos donde venden desde chorizos a la parrilla, pasando por tamales y tortillas rellenas de queso fresco y jamón.

El grupo “Los Tekis “tiene una peña propia, donde producen y brindan durante varias horas su show, son exclusivos del lugar y quien quiera verlos a pleno, es aquí donde deben ubicarlos  todos los años. Casi seis horas de show continuado, demuestran en estos artistas, el apego y cariño por este pueblo Los otros lugares de diversión los componen algunos bailes y peñas, pero hay para todos los gustos y bolsillos, este corresponsal se metió en un tinglado alejado del centro donde estaba la plaza e ingresó a un baile de los vecinos a unas pocas cuadras de allí. Un local donde había un camión estacionado en su interior y que no se sabe exactamente para que se destine su actividad. No se cobraba entrada que ya es una buena propuesta y lo animaba un joven cuyo únicos instrumentos eran un teclado y su voz, obviamente con algunos parlantes que amplificaban su baritonia en torno a canciones populares de hoy y de siempre. Danzantes en piso de tierra, hombres y mujeres bebiendo alcohol, el cual se vendía en el fondo del local a veinticinco pesos cualquier botella, sea cerveza o coca. Ser un “diablo” no solo te obliga a animar el carnaval, sino que la paga es interesante, portando una manguera de goma, el personaje es invitado por todos los alcohólicos concurrentes, a correrse la mascara y absorber el líquido etílico y quien no le invite un trago, tal vez sea victima de algún maleficio.

En este festejo popular y globalizado, no todo es color de rosa en Tilcara, ya que hay tintes negativos, algunas cosas de exportación interna, que han cambiado los ritmos y las costumbres de sus habitantes. A la falta de servicios de hospedaje y gastronomía comprensible por la sorpresiva irrupción de turistas, se le suma la falta de educación de los deambuladores constantes y pasados de alcohol, que hacen sus necesidades en cualquier lugar. Las ganas de ir de cuerpo no perdonan y las calles de Tilcara se han transformado en grandes baños públicos “se mean, defecan, nosotros nos levantamos y tenemos que limpiar el piso” dice la comerciante María, un tanto asustada relata “en enero no había mucha gente, pero en carnaval vino demasiado, no es que nos quejamos, pero también hay que saber divertirse”.

También los vecinos antiguos lograron salir y asomarse un rato después de las siete de la mañana, cuando ya ha pasado toda la fiesta de la noche, un tanto arruinada por la lluvia. Comenta su impresión Oscar López, un hombre de setenta años que asoma la escoba a la vereda de su casa “Tilcara es el país de la chupe, vienen a chupar nomas aquí, chupan gratis y bailan gratis. Siguen viniendo, hasta los cabeza atada vienen. Preguntan por alquiler, pero no quieren pagar lo que uno pide”. Así es Tilcara.

viernes, 1 de febrero de 2013

LA INSEGURIDAD VIAL CONTINUA SU CRECIMIENTO

La vía publica y el transito, grandes protagonistas constantes y evolutivos de la evolución o retroceso  como sociedad.

Cuando uno va  a un organismo de Dirección de Tránsito a tramitar el registro de conducir, se encuentra con dos  posibilidades para poder sacarlo, la primera  seria normal y hay una segunda digna que no lo es tanto. Documentación, arancel, revisión oftalmológica, examen de leyes de tránsito y prueba de manejo engrosan los requisitos de la normalidad del trámite. Con todo lo anterior superado, estamos listos para retirar el flamante registro de conducir, que tendrá una vigencia de algunos años. Para la gente mayor de cincuenta o sesenta años, la vigencia de sus registros, es mas corta.
Las academias de conductores, muy tradicionales en toda sociedad, enseñan al novato del volante a conducir en  un curso de un costo equis.  Además, en el curso, están incluidas las clases teóricas de leyes y señalización de tránsito. Otra de las cuestiones por las cuales los entrenan, es para explicar cómo será el examen en la dirección de tránsito, formando al futuro conductor, para que supere la prueba con facilidad elemental.


Las diferentes categorías en que se dividen los registros son: Para motos, auto-camionetas, camiones, colectivos y transporte de carga, estos tres últimos encuadran a los registros profesionales, los primeros  son particulares. La otra posibilidad, digna de comentar,  para sacar el registro, es la que quizás tenga que ver con las anomalías que produjeron y siguen produciendo la gran inseguridad vial que viven hoy nuestras calles y rutas de todo el país. Los arreglos y “coimas” para poder sacar el registro mas fácil, son una logistica organizada que sigue  latente y funcionando en nuestra sociedad.

Hace más de 15 años, una de las rutas que protagonizaban la mayor cantidad de accidentes, era la 2. Hoy todo cambió y no hay tanto registro de siniestros, ya que se pudo ensanchar la ruta y hoy lleva el nombre de autovía 2. Con dos carriles por mano y un boulevard que separa a las dos arterias, el acceso, preferentemente hacia la costa durante la temporada estival, es un poco más seguro. En verano de los `80 y hacia atrás, era tradicional ver tapas de diarios con el titular “Tragedia en la ruta 2”, eso fue pasado pero no tanto, porque hace unos días ocurrió algo que cambió la teoría de la seguridad vial del presente, un camión de ladrillos chocó de frente con un micro de pasajeros procedente de Mar del Plata provocando varias víctimas.

La inseguridad vial también fue fogoneada debido al gran aumento de vehículos en el parque automotor, esto ha hecho que el transito sea cada vez más complicado en las grandes ciudades y peligroso en las rutas nacionales. No olvidarse tampoco del cierre de los ramales ferroviarios  y las privatizaciones en los noventa con el menemismo, que produjeron una suba en el uso de las rutas y una devastación en muchos pueblos que vivían de los trenes. Las familias del interior, que se trasladaron a Buenos Aires en los `60, tenían como aliado fundamental a los ferrocarriles, eran más económicos y podían trasladarse constantemente a los pueblos del interior. Hoy esa gente quedó aislada totalmente y han separado familias, por esa distancia infranqueable. Los costos de los micros se tornaron más caros y sus trayectos más peligrosos.

Como conclusión entonces, el problema ha venido  de la mano del aumento de parque automotor, la degradación del transporte público y la poca o ninguna preocupación de la clase política y sus sucesivos gobiernos, del no tratamiento total del problema. Solo hay, como siempre, remiendos de soluciones. El gobierno actual, creo la ANSV (Agencia Nacional de Seguridad Vial), quien intenta cumplir un papel protagónico en la solución del problema, pero pareciera no cumplir con las expectativas. Los hechos trágicos sucedidos en estos últimos días, entre ellos el caso del taxista descontrolado, que se cruzó de mano por la avenida Santa Fe, subió a la vereda  terminando por arrollar y matando una joven y dejando otros peatones heridos, tampoco parece ser la gota que derramará el vaso para atender el tema. Sumémosle el historial de situaciones y victimas que podrían haberse evitado, como por ejemplo la tragedia de Kevin Sedano, también arrollado por imprudencia, por la cual su madre fundó “Madres del dolor” con la idea de reclamar por justicia. Ella pudo juntar mucho apoyo de personas que pasaban por su misma situación. El índice de victimas que al día de hoy cobraron las rutas argentinas, ya es absolutamente espeluznante. La organización “Luchemos por la vida” es pionera en tratar de generar una educación  para concientizar en la vía publica.

Las victimas en moto también son un porcentaje importante, muchos son los muertos en los vehículos de dos ruedas. Se los asocia a los motociclistas con delincuentes ya que últimamente los hechos delictivos se suceden con estos transportes, que por lo general son adoptados por adolescentes. Tal vez  implementando la popularización del uso de la moto, como lo es en China por ejemplo, donde toda esa sociedad circula por las zonas céntricas con estos rodantes y que el auto no existe en demasía, pueda aflojarse el colapso de tránsito, en capital y conurbano al menos. Las bicisendas de la ciudad hoy no tienen gran popularidad, pero a medida que pase el tiempo podrán irse incluyendo en la cultura del circulante urbano. Las motosendas podrían ser otra variable.

Sin lugar a dudas que la inseguridad vial va de la mano de muchos factores, entre ellos la desidia política, la falta de reclamos de la sociedad, quien debería tener esa responsabilidad de exigir sobre su bienestar  y luego el poco interés por la vida del otro.