domingo, 27 de enero de 2013

NO SE DESCANSA EN EL VERANO 2013

Lo que está generando esta nueva temporada estival en la Argentina. Las proyecciones para el resto del año.

La gran hecatombe que se vive en este verano en el país, será realmente digno de ser recordado, Peleas y enfrentamientos por doquier, dentro de un cumulo de reclamos y oleajes de la economía. Como no resaltar el gran flujo turístico que se mueve por todo el país y que pretende mostrar un gran clima anímico en nuestra sociedad. Sumémosle a eso los feriados por única vez y la gran recuperación de las fechas de carnaval, todo un gran triunfo del gobierno, el cual hastiado por las injusticias de un gobierno de facto, recuperó esos dos días festivos.

Pasaron las fiestas y dejaron un saldo minúsculo en torno a los heridos con pirotecnia, eso da una sensación de un paso adelante, movemos cinco casilleros. El calor aún no se ha sentido con demasía, solo fueron algunos días de diciembre y recién ahora a fines de enero, la temporada estival decidió irrumpir con su presencia más altanera. Las actividades de la Presidenta, de dirigentes políticos, las movilizaciones sindicales y los reclamos sociales, no se han interrumpido un ápice, y eso señala la adrenalina que exhala este momento de bonanza económica. Atrás quedaron las apropiaciones de YPF y las obras anunciadas por el gobierno día a día. Los actos sobre obras de parte de CFK, ya se viven como dicotomías que diferencian nuestra sociedad Hoy la sensación es “ufa, otra vez cadena nacional” y se tapan con críticas, las actividades de los funcionarios del Estado. Las situaciones son vertiginosas, ya que a un anuncio es devorado urgentemente y al otro dia ya se quiere otro. No podemos dejar de resaltar la batalla por la Ley de Medios, que tienen a maltraer a todos los comunicadores, ya que eso sumó triple trabajo incorporándole la nueva vedette, que es la red social Twitter.

La problemática del transporte público es una bola de nieve que continúa creciendo, y lejos de proponerse con mas recalco en capital y conurbano, no deja de ser un problema en todo el país. La tragedia de once, del cual el próximo veintidós de febrero se cumple un año, se transformó en una promesa de pedido incansable a las autoridades y empresas del transporte, de que una sociedad quiere cambiar y que ya no quiere viajar de forma inhumana y  totalmente desprotegida. Aquellas cincuenta y dos víctimas que dejo el luctuoso hecho del tren que no freno en el andén, nos ha dejado un sabor amargo. Como que fuimos parte cómplice como sociedad, de lo que sucedió ese febrero de 2012 en la estación Once . Como parangonando la película norteamericana tan exitosa años ha, nosotros sabemos que es lo que hicimos el verano pasado y si no se ponen las barbas en remojo y se hace algo, lamentablemente volverá a pasar. La mamá de Lucas Menghini Rey está al frente de la lucha de los parientes de las 52 víctimas, quienes buscan denodadamente a través de campañas, poner el tema en la agenda para darle un coto de justicia y de tratamiento del problema que nombramos, el transporte.

Todas estas situaciones y muchas más, suceden dentro de un marco llamado el verano argentino, que siempre es un preanuncio de lo que derivara en el año 2013. Termina en trece este año, algunos le dicen “la yeta” en la quiniela, pero da la pauta que será intenso, ya que si el verano esta así, entonces preparémonos para enfrentar lo que todavía falta.

sábado, 12 de enero de 2013

SE FUERON LOS VAGONES DEL SUBTE "A"

Prestaron su último día de servicios, las centenarias formaciones. Fotos para el recuerdo y nostalgia.

Algún historiador o cronista de la historia, dijo que fehacientemente el tranvía de Buenos Aires dejo de funcionar el 13 de Febrero de 1963. Aquella fecha no quedó tan plasmada en la conciencia del porteño como lo fue este 11 de Enero de 2013. La razón es que ahora se despidieron definitivamente de servicio, los vagones centenarios del subte A. Como sus primos tranvías, estos históricos rodantes revestidos en madera en su interior, nos dijeron adiós. El ultimo tren salió 22:50 desde estación Plaza De Mayo hacia Carabobo, pero durante todo el día fue un desfile de pasajeros(los habituales y los no habituales)que colmaron los vagones en un ida y vuelta que no querían que se terminara, que quedara parado en el tiempo. Filmadoras, máquinas fotográficas y celulares de todas las gamas, se disparaban constantemente en un sinfín de flashes constantes, entre estación y estación.


 Las estrellas y homenajeados fueron los vagones. Por adentro, por afuera, por arriba, desde todos los ángulos, los movimientos de su último día en servicio, fueron registrados para siempre. Parecía como que la gente quería detener el tiempo, o también no dejar que dejen de funcionar, sin poder asumirlo de forma nostálgica. La gente se imaginaban alguna prorroga imaginaria,  estaban como despidiendo al fallecido, era un velorio donde no querían despegarse del cajón, no lo dejaban marchar. Los antiguos subtes de la línea A, en estos últimos tiempos, fueron decorados por una suerte de muralistas rebeldes de los tiempos que nos tocan vivir, lo que le daba un toque más de reliquias de museo. En su interior todo fue siempre madera en asientos, paredes y habitáculos de maquinistas. La iluminación con sus lamparas comunes en veladores blancos y los aros agarraderas también blancos, le daban ese toque de museo que pudimos disfrutar hasta que el Jefe de Gobierno tomó la decisión de reemplazarlos por unos subtes belgas. La cuestión que luego de casi cien años de historia argentina que llevan en su interior, a los trenes de la línea A les llegó su final. Otra de las cosas que trajeron por añadidura este reemplazo, es el cierre de los servicios por dos meses, ya que será para reacondicionar vías, electrificación y acomodar las nuevas formaciones.


Por tanto que el 11 de Enero de 2013, un viernes, será recordado por muchísima gente, que le contará a sus nietos: “Yo viaje en los vagones del subte A”, pero también podrá relatar como se vivió esa última jornada, mezcla de  emoción y tristeza. Con ellos se van muchas cosas de cada una de la vida de los porteños y del resto de los argentinos. Todos vieron, oyeron y olieron, el pasar de aquellas transportadoras de madera que unia Plaza de Mayo con Primera Junta.