Estás próximas fiestas de navidad y año nuevo tienen una particularidad, se
termina el ciclo de gobierno de Macri. Fueron cuatro años donde vivimos muchas
cosas, donde tuvimos que reflexionar y padecer como ciudadanos la vida que los
neoliberales siempre nos tuvieron armada para nosotros a lo largo de nuestra historia.
Luego de doce años de gobierno kirchnerista,los cuales terminaron en el 2015,
se pasaron a estos cuatro años que terminaran en 10 días, y los cuales fueron
teñidos de cosas que dan lugar a la reflexión absoluta de nosotros como
ciudadanos argentinos.
El 27 de Octubre último hicimos un viraje absoluto e histórico que
en años de democracia desde 1983 con Alfonsín nunca lo había pasado, esto es
que no renovamos el periodo de gobierno de un mismo mandatario. Si bien esto no
paso con de La Rúa ya que termino en un estallido social, el resto de los
presidentes de alguna manera fueron vueltos a elegir a aprobados por segunda
vez, pero lamentablemente nuestras decisiones fueron siempre un fracaso.
El gobierno de Alfonsín tuvo seis años, ya que en aquel momento
(luego vino la reforma constitucional) eso duraban los mandatos. Hasta los
cuatro años las cosas estaban de regular a tranquilas, los últimos dos años
terminaron decayendo en una crisis de aquel “Plan Austral” que termino con los
famosos “estallidos sociales y saqueos” que conocemos hasta hoy y que en 1989
hicieron renunciar a Alfonsín 6 meses antes.
En 1989 volvió un aggiornado peronismo con un Menem que pudo
lograr lo que Luder y Bittel (que parecían un poco más peronistas que el
riojano) en 1983, no pudieron lograr por culpa de un cajón incendiado de la UCR
en un palco del Obelisco y con millones que habían cantado la marcha peronista.
Aquellos peronistas no pudieron, sumado esto a la verborragia del caudillo
radical que lo llevó al triunfo
Menem llego con ideas neoliberales. El riojano luego de
iniciar una reforma económica que nos metió con Cavallo en una convertibilidad ficticia,
porque el riojano vendió todo, “las joyas de la abuela” las bautizaron,
terminaron de lograr que fuera reelegido
en 1995 porque la convertibilidad funcionaba como los dioses y nada importaba,
nos seducía vivir en un país ficticio.
Como Carlos Menem tuvo que concluir su mandato, en 1999 se preparó
un Duhalde que ya había sido su
vicepresidente, pero se había abierto políticamente para el segundo mandato de
1995 y continuar su camino a presidente con la corriente peronista de la Liga
Federal.
El “zabeca de Banfield” como lo bautizo Luis Delia años después,
se preparó bien para enfrentar el puesto
en las elecciones del 99, pero vino un Fernando De La Rúa que jugo una fórmula
que insertó peronistas en su bando y pasó
que De La Rúa fue presidente contra un Eduardo
Duhalde que nos dio la sensación que fue tirado al bombo desde adentro mismo
del peronismo.
De La Rúa nos llevó al acabose o fin de la Argentina en dos
años. Diciembre del 2001 y con muertos, estados de sitio, una de las peores
crisis económicas y saqueos, el radical que se había abroquelado dentro de un
Frepaso, salió por el techo de la Casa Rosada trasladado por un helicóptero mientras
el viento de la hélice le hacía volar su poco pelo.
Duhalde tuvo que asumir en esa crisis tremenda, luego de que
varios presidentes se sentaran en el banquillo de Rivadavia durante algunas
semanas, los cuales hoy ya son ex presidentes y con todas sus atribuciones,
solo por estar algunos días en el poder.
Duhalde solo venía a apagar el fuego por un rato, un fuego
que no se pudo apagar muy fácil, pero que fue suficiente para iniciar un proceso
de la elección de un nuevo ciclo presidencial que sabiamente sería elegido por
nuestro pueblo. Néstor Kirchner llego a
la presidencia luego de una ajustada victoria frente a quién?? Carlos Menem. El
riojano se bajó del ballotage y dejo el comienzo de una era llamada
kirchenrista, la cual fue una de las que refloto en 12 años la costumbre de la reelección
en nuestro país, de aprobar y premiar con otro periodo la gestión de un mismo
presidente o de un movimiento económico político.
En este caso Cristina Kirchner, esposa de Néstor, ocupo el sillón
desde el 2007 y fue reelegida en el 2011. Pero en el 2015 la cuestión volvió a
hacer un giro que nos llevó el enfoque
neoliberal de los argentinos, ese enfoque que el 27 de Octubre fue el 40% que intentó
reelegir a Macri.
En el 2015 pes o el
40% a favor de Macri para poder derrotar a Daniel Scioli, e iniciar estos
cuatro años que en diez días terminan. Terminan porque por primera vez el
pueblo reprobó por primera vez la gestión
de un presidente, por primera vez decidió que el país y el poder es el pueblo y
que es el único que puede cambiar sus propios destinos.
Nos queda ese 40% que voto a Macri, el cual seguirá con su
idea de que el odio es parte de nuestro estigma como patria. De aquel
fusilamiento de Dorrego al “Viva el cáncer” contra Evita, el odio es parte de nuestra
esencia como pueblo.
Empecemos a creer que un pueblo se hace entre todos y
solidariamente. Sudamérica es un contexto rico y que debiera ser una gran
potencia económica, pero se encargaron de que no pensáramos nunca así. En estas
próximas mesas de Navidad y Año Nuevo, muchos argentinos no tendrán un festejo de derechos a fiestas, porque nuestra
mezquindad y desigualdad siguen vigentes.