domingo, 29 de noviembre de 2020

Nuestras formas de vida en la Pandemia

 Como sabemos la Pandemia se decretó por la OMS ( Organización Mundial de la Salud) a nivel Mundial en los meses de Diciembre a Enero de 2019, cuando se había conocido un primer caso en Bujan (China). De allí en más se produjeron impactos muy fuertes a nivel mundial cuando Europa, (más precisamente Italia y España) en su pleno invierno, sufrieron los embates de un virus novedoso y desconocido por todos hasta allí. Lo cierto es que el impacto mediático mundial fue que este virus  bautizado Covid-19 o Coronavirus se presentaba ante el mundo como una enfermedad que lapidaba de forma mortal y sin oportunidades de vida, a hombres y mujeres de tercera edad o que tuviera enfermedades precedentes. 

De ahí en más las alarmas se encendieron en todo el mundo, primero la OMS declarando pandemia y en Febrero el gobierno argentino a través de su ministro de salud expresando que el mal no iba a llegar al país. Pero llegó, las fronteras abiertas y los vuelos con turistas que iban y venían daban por predecible a comienzos de marzo que del virus no podíamos zafar de ninguna forma. El gobierno argentino con la noticia adelantada de los estragos que provocó el virus en Europa en Enero y Febrero, sumado al primer caso que apareció en nuestro suelo a partir de un argentino que volvió de Italia por esos días y fue aislado en el sanatorio Suizo argentino, inicio una campaña donde debía cortar todo tipo de vinculación entre los ciudadanos para evitar la propagación de algún mal que viniera a nuestro país de forma desmadrada y que con el contexto de infraestructura de salud que tenemos, no podríamos soportar semejante situación. Las imágenes que habían venido de cementerios de Italia Y España, donde fosas cavadas de forma urgente y numerosa eran alarmantes. 


El 20 de Marzo se decretó el APSO (Aislamiento Preventivo Social Obligatorio), el cual a partir de ese anuncio, el común de la gente creía que era la solución pero que también tenía una duración. La gente quizás creía que todo duraría un mes a lo sumo y que serviría para poder sortear esta amenaza triunfantes o por lo menos con la menor consecuencia, pero que esta situación tenía un límite. Hoy vamos terminando el año casi y hemos aprendido y cambiado hábitos en miles de cosas, pero también recibimos el castigo económico, el cual en nuestro caso como país siempre adquirió ribetes sociales graves. La inflación, el aumento de precios, el descontento social, la inseguridad, los problemas de trabajo, es decir las cosas comunes que ya se conocen a través de generaciones de las que padece la sociedad argentina sumadas ahora a la pandemia. Como se puede tomar todo esto?’ 

La sociedad aprendió a lavarse, las manso, usar barbijo, usar alcoholo en gel o liquido como rociador, lavar todas las cosas compradas y traídas de la calle. En el medio ocurrieron y ocurren fallecimientos y seguimos con aumentos de contagios. Se hablaba de curva y meseta que nunca está llegando por acá. Al día de hoy no nos tocó ver un cementerio repleto de fosas ni tampoco terapias intensivas desmadradas. En estos últimos meses el Gobierno argentino se adelantó en la compra de la vacuna para ser los primeros en recibirlas cuando estén totalmente revisadas. 

No se ha podido llegar a convencer a los argentinos de no armar fiestas clandestinas, de no reunirse en lugares cerrados, sobre todo los jóvenes siguieron con sus costumbres. Tampoco se ha podido evitar que se reúnan en movilizaciones políticas y de todo tipo y de todas las expresiones. Es que no se pudo evitar porque el país requiere siempre un alivio económico, ya que no somos un país desarrollado y además somos un país explotado. Porque cuando se pide a las empresas una colaboración excepcional y las empresas o los máximos multimillonarios no la ofrecen de propia voluntad debido a esta situación excepcional, ya está, no hay más nada que decir, estamos expuestos a todo lo peor.


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